Colmados de bendiciones

Devocional 10.08.2025

Lectura Bíblica

En este salmo, David nos abre su corazón en un momento difícil: estaba escondido en una cueva, huyendo de sus enemigos. Aquel que había vencido a Goliat y había sido aclamado por todo Israel, ahora se encontraba solo, angustiado y sin refugio. Sin embargo, en medio de esa oscuridad, David nos enseña cómo salir de la “cueva” para ser colmados de bendiciones.

1. Usa tu voz

“Con mi voz clamaré a Jehová; Con mi voz pediré a Jehová misericordia.” (Sal. 142:1)
David oró en voz alta. Su voz era su arma. Jesús también enseñó el poder de declarar con fe (Mateo 21:21-22). El enemigo no teme a un creyente callado, pero sí a uno que ora con convicción.

2. Preséntate delante de Él

David no se quejó ante los hombres, sino ante Dios (Sal. 142:2). Ana, en 1 Samuel 1, hizo lo mismo y Dios respondió a su clamor. Lo que llevamos delante de Dios con sinceridad, Él lo escucha y lo transforma.

3. Reconoce tu debilidad

David admitió: “Mis enemigos son más fuertes que yo” (Sal. 142:6). Dios se complace en quienes dependen de Él (Sal. 147:10-11). La verdadera fortaleza está en reconocer que sin Dios no podemos, pero con Él todo es posible.

4. Sal de la cueva para alabar

El propósito de salir no es solo ser libres, sino alabar a Dios y servirle (Sal. 142:7). Cuando ponemos nuestra mirada en glorificar a Dios, Él nos rodea de personas que fortalecen nuestra fe y nos colma de bendiciones.

Tal vez hoy también te sientas en una “cueva” de soledad, temor o incertidumbre. Usa tu voz para orar, lleva tus cargas a Dios, reconoce que dependes de Él y decidí alabarle incluso antes de ver el milagro. Así como David, podrás decir:
“Tú me colmarás de bendiciones” (Sal. 142:7).

📖 “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” (Mateo 6:6)